como un clochard

Era en mi adolescencia cuando descubrí a los prerrafaelistas, aquellos paisajes románticos, tan evocadores, mis ilusiones se materializaban en imágenes de definidas formas y de saturación del color. Era la época en la que se estudiaba a Dante, Goethe, Garcilaso de la Vega (citando a un español) de Ofelia y de Hamlet.
Cuando nos explicaban que olvidarse de uno mismo, de sus fuerzas, de sus ilusiones, de sus fobias y de sus filias, de sus intereses era el camino acertado, era morir uno mismo para alcanzar la perfección. ¿Acaso la perfección existe?, alguien, una vez me dijo: Se alcanza la perfección cuando puedes llegar a vivir como un pobre, como un pobre que pide en la calle, como un pobre que pernocta en la calle, como un pobre ... como un ... “clochard en una calle transversal”.