No han cambiado los dioses de marzo, aunque pronto llegará mayo con sus flores abiertas a trazar el recodo de un abril que aguarda todavía por tus palabras...
Perdí mis dioses pero nada cambió. Los busco por el desierto mientras encuentro las ruinas de sus templos enterradas por la arena. Las naves partieron con todos, y aunque mientras se elevaban salté y grité y encendí fuegos sagrados y moví los brazos como si espantara a los espíritus de la desesperación se olvidaron de mí, dejándome solo en este exilio amarillo de infinitos matices. Imagino que todos estarán abrazados en ese otro mundo al que partieron, quizás sea el último guardián de este viejo planeta. Te escribo poquito y en este post, como escondido en un pequeño rincón de la intensidad de tu palabra. Un beso amarillo con la fuerza del sirocco que arrasa la luna. Me has llamado amor.
3 Comments:
No han cambiado los dioses de marzo, aunque pronto llegará mayo con sus flores abiertas a trazar el recodo de un abril que aguarda todavía por tus palabras...
con tu sentido del ritmo impecable, me despiertas, estoy vaga ...
Perdí mis dioses pero nada cambió. Los busco por el desierto mientras encuentro las ruinas de sus templos enterradas por la arena. Las naves partieron con todos, y aunque mientras se elevaban salté y grité y encendí fuegos sagrados y moví los brazos como si espantara a los espíritus de la desesperación se olvidaron de mí, dejándome solo en este exilio amarillo de infinitos matices. Imagino que todos estarán abrazados en ese otro mundo al que partieron, quizás sea el último guardián de este viejo planeta. Te escribo poquito y en este post, como escondido en un pequeño rincón de la intensidad de tu palabra. Un beso amarillo con la fuerza del sirocco que arrasa la luna. Me has llamado amor.
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